Sunday, May 27, 2018

ALQUILER MODERNO



Por Nibaldo Calvo Buides 

Hablar de alquiler de vientre es darle paso a las controversias porque, para muchos, este tema tiene implicaciones éticas y morales, donde el valor monetario afecta la dignidad. Además de madre de alquiler, también es conocido como maternidad subrogada, donde en la alternativa más conocida,  la madre biológica dona uno o dos óvulos, que son fecundados in vitro con el esperma de su pareja. Esos embriones se transfieren a la madre de alquiler, la cual desarrollará el embarazo y el parto.   
Por lo general, las mujeres que alquilan sus vientres son personas de bajos recursos económicos, quienes mediante esta vía encuentran un alivio económico. Se estima que en los Estados Unidos el pago a una madre de alquiler es de aproximadamente 40.000 euros, frente a los 4.500 en la India. 
“Estoy en desacuerdo con el alquiler de vientres porque como implica recibir dinero, estamos en presencia de la comercialización de una criatura.  En segundo lugar, mi capacidad reproductiva es un privilegio exclusivo para mí”, así relata Sylvia Cruz, oriunda de Puerto Rico y asentada en Kentucky. 
“Luego de que una mujer tiene en su vientre a una criatura por 9 meses, ¿piensas que sería fácil asimilar que será de otra persona? Esa es una de las grandes dificultades del proceso, porque tras desarrollarse un vínculo especial, una especie de mutualismo y comunicación entre ambos seres, es difícil desprenderse de un ser que se desarrolló en ti. Es como desprenderse de un pedazo de ti mismo.”  
En Estados Unidos causó gran escándalo público el caso "Baby M", en el cual la madre biológica de Melissa Stern ("Baby M"), nacida en 1986, rehusó entregar  la custodia de la niña a la pareja con la que había hecho un contrato. Finalmente, el tribunal de Nueva Jersey otorgó la custodia a los padres biológicos.  
“Como los hispanos somos muy apegados a las creencias religiosas y a las costumbres familiares, creo que si la necesidad surgiera en el núcleo familiar tal vez alguien preste el vientre, no lo alquile. Sería un gesto altruista.  Por ejemplo una madre podría prestar su vientre a su hija estéril, o podría suceder entre hermanas”, afirma Sylvia. 
La edad de la madre sustituta no es la que determina el embarazo. Las posibilidades de lograrlo dependerán de la edad de la madre biológica. Tal es así que en el 2008 una japonesa de 61 años actuó como madre de alquiler para su hija estéril.  La madre y el bebé no tuvieron complicaciones durante todo el proceso de embarazo y luego el parto. No obstante este feliz ejemplo, los médicos no recomiendan a mujeres de avanzada edad someterse a tal faena porque no deja de ser riesgoso. 


EL MISMO CAMINO 

Al igual que Sylvia, la cubana Yisel Pupo, residente en Louisville,  no da su voto a favor de los vientres de alquiler; pero respeta la decisión de cada persona: “Tengo una hija de seis meses. Solo las madres conocemos y entendemos perfectamente los sentimientos y todos los cambios que implica llevar un hijo en su vientre ...y para mí eso no es pago con nada. 
 “Depende de la manera de pensar de cada cual y de la situación económica de la persona.  
“Si alguien piensa alquilar su vientre, le recomiendo que lo piense bien antes de tomar esa decisión tan seria. Y si lo hace, pues le desearíamos mucha bendición y felicidad a la criatura. 
“Ahora está de moda que artistas famosas recurran al alquiler de vientres como una solución alternativa a la maternidad. Aunque muchas podrían dar a la luz de manera natural, prefieren no arriesgarse, ya sea porque sus edades son proclives a tener riesgos en el embarazo o simplemente porque desean seguir exhibiendo sus figuras y a la vez cumplir con sus contratos.”  
Muchos países, como España, Francia y Holanda,  prohíben los contratos de gestación, porque prevale el concepto legal de que la mujer que da a luz  a un niño es su madre legal. 
Aunque toma valor el discurso de que el alquiler de vientres es una agresión a las mujeres de escasos recursos, porque es una manera de esclavitud enmascarada a través de las necesidades económicas, lo cierto es que existen casos en que esta opción es la ayuda divina ante problemas de infertilidad, como es el caso de una mujer que presente extirpación del útero o deformación congénita del mismo.   
Por otra parte, los requisitos para conseguir la adopción de un niño, que suelen ser requisitos muy exigentes, hacen que entre en escena el alquiler de vientres, la modalidad de maternidad del siglo 21. 

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